Es un tipo de ágata y su color puede variar desde el blanco lechoso hasta el profundo negro, presentando por veces matices marrones y grises.
El ónix ornamental, usado como pieza decorativa purifica el ambiente y limpia la casa de las energías negativas, en las habitaciones impide las pesadillas.
El ónix negro, por su alto valor es más utilizado en joyería y aporta a quien lo usa alegría, simpatía y encanto personal, usado también para la seducción y atracción del sexo opuesto.
Es, además, un excelente amuleto de protección, su color negro profundo absorbe las bajas energías y las disipa en su abismo interior, neutralizando las envidias, el mal de ojo y las malas vibraciones que puedan atacar a quien lo leva.
El ónix relaja, calma y combate las tensiones, purifica el organismo y regulariza el funcionamiento de todo el cuerpo.